Trekking Poon Hill

Si por algo es famoso Nepal es por sus fantásticos trekkings. Uno podría estar caminando durante meses y no se los acabaría. Nosotros hemos elegido un trekking de cuatro días conocido como Poon Hill, con fama de ofrecer las mejores vistas de los Anapurna.

Hemos conocido por casualidad a una pareja argentina muy simpática, Javi y Mariela. Tenían pensado hacer otro trekking pero no nos ha costado mucho convencerles para hacerlo con nosotros.

Para poder comenzar el trekking, necesitas un permiso para entrar al parque y otro llamado TIMS, para nosotros le falta una “O” de TIMOS que es un invento para sacar dinero al turista. Como no hemos “creído conveniente” sacarlo, nos hemos ido a verlas venir. Al pasar en frente del control del TIMS de repente oímos: “Excuse me…”. Nos quedamos los cuatro con cara de Póker comentando por lo bajini: “Que hacemos? Seguimos?…”. Finalmente encaramos al oficinista y nos manda de vuelta a Pokhara a comprar el TIMS. Nos alejamos un poco. Mientras comentamos nuestras opciones, pasa un grupo de turistas enorme, con su guía que lleva todos sus permisos. En ese momento lo hemos visto claro, como si fuera la fuga de un campo de concentración, nos hemos dispersado entre este grupo, y con la mirada al frente hemos pasado el control. Yes! Es lo bueno que tiene ser guiri.

Poon Hill

Ahora sí que comienza el trekking. Los dos primeros días subimos miles y miles de escalones (llegamos a soñar con ellos!) mientras disfrutamos de pequeños pueblecitos entre terrazas de arroz. El alojamiento es muy muy barato, casi gratis pero en cuanto a la comida…te cuesta un riñón y medio! Una forma de ahorro ha sido potabilizar el agua con pastillas aunque en alguna ocasión nos hemos encontrado con un acuario al rellenar la botella. Nuestro pensamiento ha sido: “si el pez mutante está vivo, el agua debe ser buena”.

Poon Hill

Llega el tercer día y también el más ansiado. No tan ansiado por tenernos que despertar a las 4 de la mañana, sino porque hemos visto el amanecer con vistas a los Anapurnas sentados en la cima del monte Poon Hill de 3200 metros de altura.

Amanecer en los Anapurna

Amanecer en los Anapurna

A partir de aquí, el paisaje cambia drásticamente cruzando una jungla en teoría peligrosa según los carteles aunque en la realidad parecen las Ramblas por la cantidad de gente que hay. De la jungla pasamos a impresionantes terrazas de arroz con interminables pendientes, hasta llegar a un terreno más llano y…fin de trayecto.

Poon Hill

De regreso a Nayapul, la localidad desde donde empezamos el trekking, y después de cuatro días, paramos a pocos metros de la oficina del TIMS y planeamos que decir si nos paran para checkear la salida: “Hemos perdido el TIMS, Nos lo han robado, la oficina estaba cerrada…”. Al pasar por delante, efectivamente oímos un “Excuse me”, al que respondemos: “Nuestro guía viene detrás con los TIMS”, mientras nos alejamos escuchando “Excuse meeee!!”. Vamos rápidamente y cogemos el primer autobús con dirección a Pokhara.

En el autobús, un chico nepalí se interesa por nuestras nacionalidades. “De Argentina y España”, contestamos. A continuación le ha preguntado al Javi argentino una pregunta de lo más curiosa: “¿A cuantos kms está tu casa de la de Lionel Messi?”. Ya en Pokhara, nos hemos pegado una buena ducha, y con un buen manjar y unas cervezas hemos brindado por nuestro trekking mientras comentábamos anécdotas.

Poon Hill