India; La amas o la odias

Primer contacto con la India; aterrizamos de noche en Nueva Deli y ya tenemos algunas referencias y experiencias de lo que nos podemos encontrar en un país tan tan diferente a todos.

La India

 

Sin embargo, nos vamos a quedar en casa de un amigo que define su barrio como el “Pedralbes de Barcelona”, en nuestra mente aparece un oasis en medio del caos. Al llegar al portal, tenemos que dar pequeños brincos para no pisar a unas cuantas personas que están durmiendo en la calle. Estamos flipando…

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Es verdad, que de noche todo se ve diferente así que decidimos entrar en la casa y relajarnos. Ahhhhh no!!! Que al abrir la puerta nos aguarda una grata sorpresa; se ha roto una tubería y está todo el suelo inundado!!! Después de varias horas, conseguimos quitar el agua y a mí (Bibi), no preguntéis por qué, ni tampoco intentéis darle vueltas por qué lo hice, pero no se me ocurre otra genial idea que mirar por la mirilla. ¿Para qué? Pues para nada!!! Para meterme un susto de narices cuando al mirar me encuentro a un tío que está mirando por la ranura de la llave!!! ¿No escuchasteis mi grito? El tío salió pitando y luego nos enteramos que era el conserje y como no nos conocía, nos espiaba. Lógico, ¿verdad? Yo hubiera llamado a la puerta…

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Con el yet-lack, amanecemos cuando el cuerpo lo pide y nos dirigimos a la estación de trenes para comprar unos simples billetes a Jaipur. En principio, es un trámite fácil, sin ninguna dificultad, ni complicación siempre y cuando lleves pasta. Pues parece ser, que aquí las cosas funcionan de diferente manera o nos hemos topado con el tío más chungo de la India. El desenlace es que nos vamos sin comprar billetes!!! Después de decirnos que no lo podemos comprar, que es imposible, nos acaba gritando, empujando y nos fuerza para no entrar en la estación. Acaba pegando a un chaval que está al lado nuestro. ¿Por qué? A día de hoy todavía no tenemos respuesta, supongo que para intimidar y sobornarnos. Nosotros simplemente estamos perplejos ante la situación sin saber reaccionar en nuestro primer contacto con la India.

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Como al día siguiente es fiesta nacional, no hay trenes, tenemos que partir cuanto antes para poder hacer la ruta que llevamos en mente, alquilamos un coche con chofer. Seguro que estáis pensando; mira estos pijoteras, mucha mochila y “I love packpakers” y pillan chofer privado…

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La razón es que tenemos un contacto que nos lo saca a muy buen precio (al mismo precio que solo coche) y segundo que conducir por la india es una auténtica locura. En tres ocasiones rozamos la catástrofe cuando salimos de la carretera intentando esquivar una vaca sagrada, otro porque nuestro Chofer, con mote cariñoso Jefry, se quedó dormido y una tercera, estornudó y se le fue el volante (nosotros abriendo las ventanas para poder respirar!!!). El pobre era un auténtico desastre!!! Es más, decidimos hacer turnos para no dormirnos y avisarle cuando veíamos algún obstáculo en la carretera; desde vacas, otros animales, gente durmiendo…lo nunca visto.

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Después de visitar Jaipur y su precioso palacio de los vientos, nos invitaron unos amigos a un lugar “typical from India”. Nos dieron a cada uno un plato de hoja donde iban sirviendo la comida con la mano. Hasta aquí, todo una experiencia. El problema fue la bebida, servían dos vasos de barro, uno con leche y otro con “agua” y supuestamente el barro tiene que absorberlas bacterias malas. Al ser la comida tan especiada, simplemente nos mojamos los labios para aliviar el picantón. Y con solo este gesto, tres días sentados en el baño público del hotel, haciendo turnos para avisar cuando estaba libre y destrozarlo…que vergüenza. Tienes exactamente 5 segundos para reaccionar!

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Como todo el mundo sabe, la vaca es un animal sagrado que deambula por las calles a sus anchas. Curioso de ver con escenas graciosas. Puedes estar en la playa de Goa tumbado tranquilamente al sol y tener una vaca de acompañante a tu lado. Simplemente sin palabras! A veces, la vaca te puede pasar una mala jugada, más bien, sus caquitas de un metro de diámetro. En Jaisalmer, una ciudad amurallada preciosa y aparentemente limpia, decidimos sacar los pies a airear y ponernos chanclas, gran error!!! Callejeando por las calles, un vendedor saleroso nos suelta un típico “más barato que el Eroski”. Nos hizo gracias y al girarnos, Javi pisó una merdé recién hecha que se le hundió el pie y le salpico hasta las cejas!!! Lástima que del cabreo que llevaba no pude hacer una foto porque me hubiera matado y simplemente tuve reacción en correr detrás de él hasta el hostal, jajaja.

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Sin embargo, pese a estas pequeñas anécdotas que ahora nos resultan graciosas y las repetimos una y otra vez, tenemos que decir que es un país que esconde lugares increíbles y como mucha gente dice; La India: la amas o la odias.

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