Mallorca: Calas y Mercadillos
Mallorca es una isla en la que cada día montan mercadillos callejeros en alguno de sus pueblitos. Por recomedación, esperamos al martes para visitar el mercado de Artá (08:00-13:00).

Llegamos temprano para que no agobiarnos con la gente y el calor pero ya hay mucha vidilla. Sentados en la terraza de una cafetería y comiendo una ensaimada típica, un grupo amenizaba el ambiente con rumba callejera.

Con la barriga llena comenzamos a recorrer el mercado. El centro de Artá está lleno de puestecitos mezclados con las propias tiendas del pueblo y las terrazas de los bares.

Los puestos en sí no venden nada fuera de lo normal; hay puestos de comida típica mallorquina como ensaimadas, sobrasada, queso de Mahón, empanadas, ropa ibicenca y bisutería de todo tipo.
Nos ha llamado la atención que la mitad de los puestos son de extranjeros que no tienen ni papa de español y otros de mallorquines que hablan un mallorquín tan cerrado que no se les entiende ná de ná siendo Javi catalán!.

Después de un par de horas callejeando, cuando el sol comienza a apretar y sobretodo cuando el mercadillo se llena de un montón de turistas llega el momento de elegir una cala para pasar el día.

Nos dirigimos por una carretera de curvas (como la mayoría de la Isla!!!) a Cala Torta, muy cerca de Artá. Hay un aparcamiento muy grande de arena y la playa es virgen. Para nosotros virgen es que no hay edificaciones en los alrededores, tan solo un chiringuito y agua cristalina para disfrutar de un día soleado. We love it!

Ahora ya podemos decir que somos unos “auténticos” domingueros. Hemos pasado del pareo y protector solar a llevar miles de cosas. Entre sombrilla, colchoneta, bolsa nevera, toallas, juguetes, etc…a Javi no se le ve la cabeza en el trayecto hasta la playa, jajaja.

Una vez más, tenemos a las avispas como compañeras!!! Pero no picán!!! O eso queremos creer!!!
Martina se convierte en una perlita del mediterráneo, le encanta el agua y comer arena.

Además, comienza a dar sus primeros pasitos. Eso implica que quiere recorrer caminando toda la playa. Ella como si fuera una estrella de Hollywood va saludando a todo el mundo.

Después de una “dura jornada” bajo el sol, nos dirigimos a Capdepera. Es un pequeño pueblo de interior marcado por su castillo en lo alto de la colina.
Nos hubiera gustado entrar a visitarlo pero con el carro no es buena idea según nos dice la mujer de la entrada. Así que recorremos las calles empedradas del centro que tienen encanto.


Como el cansancio del día aprieta buscamos una terraza para acabar el día con una cervecita bien fresca. “Otra!, por favor!”

Para mi, cala Torta es la más bonita de Mallorca, aunque estoy abierto a aceptar otras opiniones. Artá y Capdepera son 2 pueblos que me encantan. No dejo de ir a ellos siempre que estoy ahí. De los mercadillos el mejor es el de Artá, sin duda.
Lo siento, por culpa de esa preciosidad de niña, no he podido fijarme en ninguna otra foto…