Diario de Sochi: En busca del cable perdido
Bibi y yo estamos desayunando, hablando del mes que nos espera a cada uno. Yo me voy a Sochi un mes mientras que ella se queda encargada de nuestro piso y niña en Barcelona. Todo está preparado, llevamos una semana preparando todo lo que necesitaré para subsistir en Sochi. Nos despedimos y tomo el taxi hacia el aeropuerto.
En el taxi siento un escalofrío, como una llamada divina que me advierte de mi error. Me he olvidado el cargador del portátil. Seré imbécil! Una semana preparándolo todo y lo más importante me lo olvido. ¿Qué hago?
Inmediatamente le digo al taxista que vuelva pero me dice que hay mucho tráfico y que seguramente perderé el avión si retrocedemos. Joder joder, me comentaron en el trabajo que alrededor de nuestro hotel no habrá nada que hacer y que es clave el ordenador para ver películas, escuchar música, hablar con la familia y actualizar el blog. Siento un cabreo importante por dentro por mi error.
Finalmente decido comprar un cable en el aeropuerto y listo pero al llegar a la tienda, 129€! ¿Cómo puede valer un cable 129€? Es mac. Sí, para colmo soy el único de mi empresa que lleva un mac con lo que nadie me podrá dejar el cargador y encima el cargador es carísimo. Esto empieza de la peor manera.
De repente se me enciende esa bombillita que de vez en cuando me da alguna buena idea para decir: ¿Por qué no me manda Bibi hoy mismo el cable por correo certificado urgente? Sí, pienso que es una gran opción, barata y que en poco tiempo tendré el cargador conmigo. Me alegra la súper idea que he tenido.
Bibi se dirige a correos y le informan que por 15€ en 5 días tendré el cargador en Rusia. Genial!
Pasan los días, el cable no llega, no pasa nada. Ha habido un fin de semana de por medio y serán siete días. Cuando llevamos diez comienzo a inquietarme. ¿Dónde está el cable? Gracias al número de tracking podemos hacer el seguimiento por Internet pero sigue poniendo el mismo estado (salida del aeropuerto de origen). En este momento ya pensamos: Mierda de correos!
Siguen pasando los días, ya llevamos 15 y el estado es el mismo. Bibi se dirige a correos pero son una panda de inútiles que no pueden hacer nada, así que reclamación al canto, quizá así llegue antes pienso tontamente.
Sin batería en el ordenador, me las ingenio para llevarlo al trabajo y pedirle a un chico ruso que tiene el mismo portátil que yo que me deje el cargador. Así voy tirando mientras el cable llegue.
Los días siguen pasando y tengo que empezar a movilizarme en Sochi, de lo contrario el cable no lo volveré a ver. Pregunto cada mañana en recepción del hotel y nunca hay un paquete para mí. Después de varios días, el dueño del hotel me dice: “Pierdes el tiempo, el cable nunca llegará aquí. Es mejor que vayas directamente a correos a preguntar.” “¿Hablan inglés en correos? Pregunto” “Claro que sí” me responde. Así pues, a correos que voy.
En correos me pongo en una cola que varios rusos se saltan a la torera. Debe ser tema cultural pero en Rusia no respeta una cola ni el tato. Finalmente llego a primera posición y pregunto por mi cable. Sin embargo, la mujer del otro lado del mostrador ni se inmuta. No os imagináis con la cara de asco que me mira. Dice una parrafada en ruso que lógicamente no entiende y pasa de mí olímpicamente. ¿Hablan inglés? Los huevos!
Correos no ha funcionado pero de repente otra luz se enciende en mi cabeza. El número de tracking es internacional! Correos en España no actualiza el estado de mi paquete pero quizás en Rusia sí que está actualizado! Miro y bingo, veo que mi paquete ha ido de Barcelona a Madrid, de Madrid a Frankfurt, de Frankfurt a Moscú y que ha salido hace 5 días de Moscú. Esto me produce energía positiva. Llegará!
Sin embargo, mis pensamientos positivos se desvanecen cuando hablo con un compañero Ruso del trabajo. Me dice que el recorrido de un paquete de Moscú va a Krasnodar, de Krasnodar a Sochi y finalmente de Sochi a Adler donde un transportista me llevará el paquete al hotel. También me dice que correos en Rusia funciona de culo y que aproximadamente y con mucha suerte un paquete de España a Rusia tarda un mes en llegar. Llevamos más de tres semanas y en diez días nos vamos. No llegará ni de coña.
Necesito ayuda urgente, ¿qué puedo hacer? Parece claro que el cable no llegará y se me ocurre lo siguiente. Yo en 10 días me voy, pero vienen otros compañeros de mi empresa a trabajar para paralímpicos. Puedo hacer una autorización para que una tercera persona recoja mi cable cuando llegue. Después, cuando vuelvan a Barcelona me lo dan en mano. Brillante!
El problema es que necesito a alguien que hable ruso para que me acompañe a la oficina de correos, de lo contrario no me harán ni caso. Por suerte, nuestra empresa ha contratado a unas rusas para ayudarnos cuando lo necesitemos así que les pido ayuda a ellas. Lamentablemente, pasan de mi cara, me dan largas y el tiempo pasa así que decido buscar ayuda por otro lado. Lamentable lo de estas chicas, la verdad.
Vuelvo a mi compañero ruso y decide ayudarme y es en ese momento cuando veo el fin de mi cable. En Rusia no se puede hacer una autorización a una tercera persona, para hacerlo, tendría que contratar a un notario y que este se encargara. ¿Estamos locos? Le decimos a la funcionaria de correos que en ese caso manden mi cable de vuelta a Barcelona. “No podemos, va contra las normas” me dice. Le digo que yo no voy a estar aquí cuando el cable llegue y que qué solución me da. Me dice que el cable llegará y si no lo recojo en el plazo de un mes, lo reenviarán a Barcelona y que tardará aproximadamente 1 mes. Conclusión, hasta dentro de tres no tendría mi cable.
Estoy bastante jodido. El cable se ha convertido en un incordio diario. Mientras tanto, el estado del paquete en internet ha cambiado y veo que mi cable ha abandonado Krasnodar. Quedan seis días para irme y tiene que ir de Krasnodar a Sochi, de Sochi a Adler y de Adler al hotel. Complicado que haga esto en 6 días cuando llevamos 30.
Mi compañero ruso, me dice que espere un par de días a ver si llega pero yo he perdido la fe. Considero que con suerte llega de Krasnodar a Sochi, en ese caso, iría directamente a la oficina de sochi a recogerlo. Ya sabes, si el cable no llega a mi deberé ser yo quien vaya a por el cable.
Hoy es mi último día, el estado del paquete sigue siendo que el cable ha dejado el aeropuerto de Krasnodar. No ha llegado ni a Sochi. Mañana me iré sin mi cable. Le pregunto a mi compañero ruso si me acompaña a correos para preguntarles donde está mi cable. Quizás esté en Sochi y no han actualizado el estado en internet. Soy un poco iluso pero la esperanza es lo último que se pierde.
Llegamos a correos, hacemos la cola no respetada y mi compañero ruso habla en ruso con la funcionaria de correos. No presto atención, no me importa. He pensado en todo tipo de soluciones pero el cable finalmente no ha llegado. Tendré que comprarme uno nuevo porque no puedo estar tres meses sin ordenador.
Mientras estoy divagando la funcionaria de correos se marcha y mi compañero me mira sonriente: “Está aquí!” me dice. No doy crédito, de repente, el mundo se vuelve de colores, esos 5 minutos en los que la funcionaria se va y vuelve con mi paquete se hacen eternos.
A cámara lenta veo llegar el paquete hasta mis manos. Me siento feliz, liberado y relajado. Esta ha sido la historia de la vuelta al mundo de mi cable, una historia diferente pero de viajes igualmente.
El cable llegó pero en mi mente sólo tengo muy presente que en la vida volveré a utilizar correo ordinario para nada.

Más vale tarde…
Vaya liada! menos mal que lo has recuperado!
Correos no falla nunca.
Si por un cable eres capaz de contar esta historia…..!!!escribe una novela!!,yo la compro!!,
Parece un relato kafkiano, pero afortunadamente con final feliz.
Petonets.
jajaja me he reído contigo un rato Javi… mira el lado bueno el cable llegó a Sochi! ;P
Un abrazo!!