Alrededores de Berlín

Berlín es una ciudad que tiene a tiro de piedra algunas excursiones de día que si dispones de tiempo suficiente para hacerlas resultan imprescindibles.

Nosotros estuvimos en total 5 días en esta maravillosa ciudad y decidimos realizar las siguientes dos escapadas:

En la primera excursión quisimos profundizar en el horror nazi visitando el Campo de concentración de Sachsenhausen, uno de los muchos campos de concentración que quedan por esta zona de Europa.

El campo de concentración, está ubicado en la población de Oranienburg, y fue construido por los nazis para recluir o liquidar masivamente a judíos, gitanos, opositores políticos, homosexuales y testigos de Jehová por seguir a Dios en vez de Hitler. Queremos remarcar que se trata de un campo de concentración. Lo decimos porque existían 2 tipos de campos, los de concentración y los de exterminio (como el de Auschwitz en Polonia). En los campos de exterminio es donde se mataban directamente a los prisioneros, y en los campos de concentración, en teoría se reclutaban para realizar trabajos forzados. Decimos en teoría ya que en la práctica, en Sachsenhausen murió gente de 34 países diferentes fusilados, torturados o en las famosas y horripilantes cámaras de gas.

Queremos remarcar también que poco es lo que queda del campo original en Sachsenhausen. Aquí los pocos pabellones que se levantan son reconstrucciones muy reales que sirven para hacerse una gran idea de lo lamentable que debió ser vivir en alguno de estos lugares creados por el hombre. ¿Cómo podemos ser tan animales?

Además de los pabellones, podemos observar lo que queda de la zona de fusilamientos, de cadáveres y de autopsias; las celdas de castigo, las cámaras de gas y los restos de los hornos crematorios entre otros horrores.

La entrada al campo es gratuita, pero recomendamos muchísimo pagar los 3 euros, que cuesta el audio guía porque te explican todo al detalle, además de escuchar varios testimonios de judíos supervivientes que te hielan la sangre. Nos parece muy buena idea que estos lugares se mantengan para recordarnos a donde no tenemos que volver a llegar, y aconsejamos a todo el mundo esta increíble visita.

Campo de concentración de Sachsenhausen

La segunda excursión que hicimos fue mucho más alegre. Se trata de pasar un día conociendo un grupo de complejos de palacios y jardines situados en Potsdam, que es una localidad Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el año 1990.

Esta localidad contiene una extensión enorme de jardines para recorrerlos tranquilamente con tu cámara de fotos y en el camino te vas encontrando lagos, senderos preciosos y árboles gigantes mezclados con fantásticos palacios construidos hacia el Siglo XVIII.

El más famoso es el Palacio de Sanssouci, el palacio en donde el rey Federico II el Grande pasaba los veranos. El estilo del palacio es de un absoluto rococó, y su visita cuesta 8 euros. Una pequeña crítica a la visita es que no la puedes hacer por libre. Las visitas están restringidas por grupos de 15 personas, lo que no nos parece apropiado porque de esta forma hay que amoldarse al ritmo del grupo y si te quieres quedar más o menos tiempo de los 40 minutos que dura la visita no puedes. Además, el horario es limitado, lo que te hace perder tiempo si llegas en cuanto acaba de comenzar un grupo.

El Palacio de Sanssouci es el más conocido y visitado, pero esta localidad también tiene más palacios igual de interesantes como son el Nuevo Palacio de Potsdam, o el Palacio de la Orangerie entre otros.

Lo que más nos ha gustado de Potsdam ha sido perdernos por sus inmensas extensiones de jardín, en donde hemos estado prácticamente solos, ya que hemos podido disfrutar de la naturaleza y dar rienda suelta a nuestra imaginación a la hora de hacer fotos.

Potsdam