A punto de caramelo

Nos dirigimos a Gunung Bromo. En el lenguaje de aquí, Gunung significa volcán. Todo el mundo que ha visitado este lugar nos ha dicho que ofrece unos de los mejores paisajes del sudeste asiático, así que estamos ansiosos por llegar.

Después de un autobús de 12 horas llegamos a Cemoro Lawang, una pequeña localidad situada a tan solo 5km del volcán. Lo primero que nos llama la atención es el color de las casas, del suelo, de los coches o de los terrenos. Todo de un mismo color: Una especie de gris oscuro. Al bajar del coche nos percatamos de que se trata de ceniza volcánica que escupe el Gunung Bromo.

Mientras comentamos lo increíble que es que la gente pueda vivir en un lugar en el que llueve ceniza, un sonido aterrador nos interrumpe. Es el rugir del volcán. No para. Cada pocos segundos parece que se acerca el fin del mundo. El motivo de todo esto es que el volcán ha despertado de su largo sueño. Sin perder tiempo nos dirigimos a un mirador situado a poco más de un km y observamos como Gunung Bromo escupe lava varios metros al aire.

Es un espectáculo inolvidable pero los habitantes de Cemoro Lawang no se les ve del todo tranquilos. Muchos de ellos se acercan a un templo a las faldas del volcán para presentar ofrendas. El motivo: que no entre en una erupción más fuerte. Si lo hace, esta localidad seguramente pasará a la historia.

La atracción turística de esta zona es ascender al cráter del volcán, pero como es lógico, al ser peligroso están del todo canceladas. Así que optamos por pegarnos un madrugón para ver el amanecer del volcán desde el mirador de Pananjakan.

Es increíble, una inmensa chimenea va apareciendo ante nosotros a medida que aparece el sol. De vez en cuando el cielo se tiñe de rojo por las expulsiones de lava. Lo malo es que tanta ceniza nos ha impedido ver la que según para muchos son los mejores paisajes del sudeste asiático. Eso sí, no lo cambiamos por la experiencia de haber visto un volcán en erupción.

Por si en unas semanas sale en las noticias que el volcán ha explotado definitivamente, cosa que es probable, no os preocupéis por nosotros que ya no estamos allí.