Un domingo en Budapest

Nos despertamos sin el odiado sonido del despertador, con calma… hoy es domingo y estamos en Budapest!!!

¿Qué plan nos ofrece la ciudad para un día como hoy? ¡Un planazo!

Llevamos dos días visitando la ciudad, lo que se traduce en andar, andar y andar. Así que hoy vamos a intentar tomarnos un domingo de relax y poder empezar a sentir nuestros pies.

Nos ha quedado pendiente visitar el museo del Terror y como nos llama mucho la atención la historia sufrida por esta ciudad nos dirigimos a este museo situado en una de las avenidas principales de la ciudad (Andrasssy út 60) para recordar las atrocidades que se hicieron.

Es muy fácil reconocerlo porque del tejado sale un sobre techo con la palabra terror y en las paredes exteriores hay placas con fotos de judíos que sufrieron el nazismo en sus carnes… sin todavía entrar, nuestros estómagos ya empiezan a cerrarse.

Budapest

El museo consiste básicamente en vídeos y fotos de personas que narran sus estremecedoras historias y como fueron perdiendo a familiares y seres queridos, como vivieron encarcelados durante años y los que tuvieron la desgracia de vivir en su propia piel los temidos campos de concentración. Cicatrices que nunca se curaron y aunque tuvieron la suerte de conservar sus vidas (¡vaya frase!), han tenido que vivir con ello para siempre.

Una mujer cuenta como se llevaron a su marido y lo mandaron ejecutar por dedicarse a negocios en el “mercado negro”. Tras su muerte accedió a casarse con un hombre que le llevo a Australia junto a su hija. 38 años más tarde su hija se enteró de la verdad.

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Otro hombre cuenta cómo vivió, bajo unas condiciones infrahumanas, en un campo de concentración y como cada mañana recorría los cadáveres puestos en fila sobre el suelo para reconocer a algún conocido.

Y así innumerables testimonios desgarradores.

Salimos del museo con un cuerpo “jotero” por la rabia de pensar: ¿no hemos aprendido de nuestros errores que tenemos que volver a caer en ello?

Vamos comentando nuestras impresiones mientras seguimos recorriendo la avenida Andrassy, con imponentes edificios a ambos lados de la calle que hoy en día tienen un aspecto decadente y muchos de ellos se ven abandonados.

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Esta calle desemboca en la plaza de los Héroes y aquí se encuentra nuestro siguiente objetivo: disfrutar unas horas de los baños termales de Széchenyi. Budapest es una ciudad con muchos baños termales a precios muy asequibles y debe ser un uno fijo en vuestro viaje a la capital húngara.

Budapest

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Pero cuál es nuestra sorpresa que nos encontramos un precioso parque, con un lago con barquitas y un impresionante castillo de fondo. Además, como es domingo, hay puestos de tiendas y comida callejera rodeando al castillo. ¡Un ambientazo!

Budapest

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Nos quedaríamos gustosos viviendo el ambiente dominguero pero lo primero es lo primero. Nos dirigimos a los baños para sumergirnos en aguas calientes. Hay piscinas tanto cubiertas como al aire libre y puesto que hace muy buen día, el calor de las aguas se lleva mejor en el exterior. Nos relajamos dentro de lo posible ya que hay mucha gente y las palabras “silencio y relax” no están en su vocabulario. De hecho se escuchan todos los idiomas posibles…

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¡Ahora sí! Después de tener el body arrugado, decidimos salir y llenar nuestros estómagos en uno de los chiringuitos del parque. ¿He dicho que el ambiente es increíble?

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