Última parada en SurAmérica

Ya hemos llegado a nuestra última parada de las Américas, Santiago de Chile. Hemos llegado después del último autobús nocturno de esta etapa del viaje. Necesitamos un merecido descanso que vamos a poder tener aquí gracias a Ricky y María, que se lo han currado y nos van a acoger estos últimos días.

Santiago es una ciudad con claro aire europeo. Es una ciudad muy ordenada, con sus parques, su zona de rascacielos, sus centros comerciales y restaurantes. Nos viene ideal para tomar fuerzas para el resto del viaje. De lo mejor ha sido el mercado central, donde puedes tomar todo tipo de pescados y mariscos típicos del país.

Plaza de Armas de Santiago

En Santiago tenemos semi-familia por parte de Rossana (mi cuñada). Gracias a ella hemos disfrutado de una increíble velada. Hemos ido a saludar a su tío Raúl, que tiene una tienda de muebles en la comuna de Vitacura y justamente nos ha dicho: «Esta noche tenemos una reunión, vengan que será divertido». La reunión ha pasado a ser una mini fiesta en la que el propio Raúl ejercía de anfitrión y disc-jockey. Como dice Bibi, nos hemos puesto hasta «las trancas y barrancas» y todos se han portado super bien con nosotros. Sienten curiosidad por el viaje que estamos realizando y hemos sido objeto de muchas preguntas.

Fiesta familiar

Como somos dos culos inquietos, no nos podíamos quedar en Santiago descansando y ya está, así que hemos decidido ir a conocer las dos últimas ciudades de Chile: Valparaíso y Viña del Mar.

Valparaíso es una ciudad patrimonio mundial por la UNESCO debido a que está construída literalmente en cerros (montañitas). Eso hace que la ciudad tenga ascensores y funiculares por todas partes para no subir tanta rampa. Gracias a estos ascensores, sus coloridas casas y sus grafiteadas paredes hacen que sea una ciudad muy pintoresca.

Valparaíso

Viña del Mar es la ciudad en la que los chilenos de Santiago van a pasar días de playa. La playa en si no es para nada paradisíaca, pero no sabéis lo relajante que ha sido pasar unas horas tumbados en la arena, sin hacer nada y sin pensar en nada. Un descanso que lo necesitábamos. De echo estabamos medio dormidos cuando de repente ha comenzado a sonar música tecno. Suponemos que preparando la gran fiesta de fin de año, han colocado unos platos y unos disc-jockeys se han dedicado a probar la calidad de sonido para disfrute de todos los amantes de este tipo de música.

Viña del Mar

De vuelta en Santiago y después de muchas horas de autobús, anécdotas, momentos buenos y malos, esperamos el avión que nos llevará a la segunda etapa de este viaje el día 2 de Enero. La Polinesia. Será una etapa breve pero intensa. Os la contaremos…