Entre arrozales y taxis

Hemos llegado a Bali, destino turístico por excelencia en Indonesia. En esta mágica isla uno puede vivir las noches más alocadas en Kuta o por el contrario buscar la paz y la tranquilidad en alguna pequeña localidad.

Nosotros llevamos mucho recorrido y hoy por hoy nos apetece más la segunda opción, así que con la ayuda de una moto de alquiler nos dirigimos a buscar la tranquilidad a Ubud, un pequeño pueblecito rodeado de montañas, arrozales y que conserva todo los encantos, tradiciones y arquitectura de la cultura balinesa.

Ubud

Lo primero es buscar un hostal base para los siguientes días. Mientras caminamos varias personas nos paran para preguntar lo mismo: «Taxi?» a lo que responemos: «No thanks». Continuamos y finalmente encontramos un pequeño bungalow con un fantástico desayuno basado en pancake de plátano, ensalada de fruta, un sandwich, un batido de plátano y café. Todo por 3 euros por persona!!! Nos encanta Asia.

desayuno Ayu Bungalows

Lo mejor de Ubud es que ofrece fantásticas excursiones a pie («Taxi?», No thanks). La primera de ellas ha sido el bosque de los monos, un templo sagrado construído en un frondoso bosque donde hemos podido ver a estos traviesos monos en todos sus estados: comiendo, saltando sobre turistas, dando de comer, quitándose los unos a los otros piojos del culo, peleándose; y de todos los tamaños, desde recién nacidos hasta auténticos King Kongs.

Monkey Forest Ubud

Atravesando arrozales («Taxi?», No thanks), hemos conocido pequeños pueblos y templos con la típica arquitectura balinesa, un pórtico muy grande escoltado por dos estatuas (bastante feas pero graciosas) y con una pequeña ofrenda basada en hojas y arroz para proteger a la familia.

Estatuas Ubud

Nos encanta Ubud. Cada día nos despertamos con un buen desayuno y sin perder tiempo nos ponemos a caminar en busca de nuevos pueblos y templos. El primer templo de hoy ha sido impactante para nosotros («Taxi?»). El templo del agua, uno de los más bonitos de la zona pero dentro de el un Starbucks ha dejado su huella. Siguiendo la arquitectura tradicional, como camuflándose dentro del templo, pero como siempre, las grandes cadenas van apareciendo poco a poco en todos los lugares. Seguro que en un tiempo se podrán encontrar McDonalds o Burguer Kings por esta zona.

Templo del Agua Ubud

Caminando entre dos valles espectaculares («Taxi?») hemos llegado a pueblos muy rurales, donde la tranquilidad es increíble. Aquí olvidar el estrés de las vidas europeas es muy fácil. De hecho, hemos conocido a un holandés que lleva 45 años seguidos viajando a este remoto lugar para buscar la tranquilidad. Un poco excesivo en nuestra opinión.

Ubud también cuenta con un fantástico mercado de souvenirs («Taxi?»), buenos restaurantes por 0,70€ el plato («Taxi?») y numerosas terrazas para tomar algo («Taxi?»). Realmente es un buen lugar para buscar la tranquilidad si no interrumpieran tu paso cada dos metros para ofrecerte un taxi, moto o cualquier transporte para otro lugar.

Después de muchas veces ofreciéndonos taxis o motos hemos decidido alquilar una moto para recorrer aldeas de alrededor y dirigirnos al famoso Templo de Tanah Lot, muy turístico pero famoso por sus bonitas puestas de sol y por su ubicación en el Océano.

Para llegar hasta él, hemos atravesado unos 30 metros de mar mojándonos un poco, pero hemos llegado a una cueva donde por una donación obligatoria puedes purificar tu cuerpo y alma. Primero te mojas la cara en agua sagrada y después un monje te tira unos polvos y te pega un poco de arroz en la frente. Una turistada, pero después de unos minutos ya os podemos decir que somos puros.

Tanah Lot

Después de varios días tranquilos aquí, nos vamos para Kuta, en busca de más movimiento y de un invitado sorpresa a nuestro viaje. Os lo presentaremos en el siguiente post.