Fauna marina

Han sido 19 horas de autobús para llegar a Puerto Madryn, nuestra primera parada en nuestra ruta patagónica. Los autobuses en Argentina son carísimos, pero por lo menos son muy cómodos con lo que no se nos ha hecho demasiado pesado.

Puerto Madryn es un pequeño pueblo costero a mitad de camino de los dos mayores puntos de interés del lugar. El primero es la Península Valdés, una península declarada patrimonio mundial por la UNESCO debido a la gran fauna marina que se puede presenciar en ella. Nuestro gran objetivo es ver las inmensas ballenas que vienen cada año a este remoto rincón del país para aparearse. El segundo gran punto de interés es la reserva nacional de Punta Tombo, donde residen miles y miles de pingüinos, y ni se inmutan cuando un turista camina entre ellos.

Con un coche alquilado nos dirigimos a la península. Llegamos a Puerto Pirámides, el pueblo turístico de la península desde donde salen las embarcaciones para el avistaje de las ballenas. Es una lástima, ya que de llegar un mes antes a este lugar, las habríamos visto juguetear en la playa de esta tranquila localidad.

Hemos llegado en la época en la que las ballenas ya se están marchando, pero por suerte podemos ver dos ejemplares a menos de un metro de distancia. Una madre y una hija de 12 y 6 metros de longitud respectivamente. Es un espectáculo increíble el poder presenciar a estos seres enormes en su habitat natural. Además, hemos coincidido en nuestro barco con dos reporteros de la cuatro. Están rodando el programa Callejeros Viajeros de Argentina y nos han hecho algunas preguntas, así que quizá salimos pronto por la televisión. Lo más curioso es que la reportera es de Zaragoza y es vecina de Bibi.

El interés de la península no son sólo las ballenas. Con nuestro coche alquilado y dos valencianos hemos recorrido toda la península en busca de toda la fauna marina que ofrece el lugar. Hemos visto pingüinos, focas, lobos y leones marinos; pero no hemos tenido la suerte de ver a las orcas. Igualmente ha sido muy interesante, y además hemos tenido la compañía agradable de dos paisanos con los que nos hemos ido a tomar unas gambitas rebozadas y una buena cerveza Quilmar después del largo recorrido.

Más tarde se han unido a nosotros los reporteros de la cuatro, y casualidades de la vida, el reportero es el mismo que entrevistó a David Graupera en Callejeros Viajeros Bangkok. Si es que el mundo es un pañuelo.