Llegada a Los Ángeles

Nuestra llegada a los Estados Unidos ha sido un poco caótica. Sabíamos que los controles serían más severos que para visitar otros países pero no sabíamos que hacer una escala intermedia en Miami nos iba a hacer comenzar a sudar antes de llegar a nuestro destino. Ha sido una escala de dos horas en la que hemos hecho una larga cola para validar el pasaporte, luego hemos tenido que ir a buscar la mochila facturada (hay rechequeo de mochilas) y devolverla en otro punto en la otra punta. Finalmente hemos tenido que pasar por los rayos X nosotros y nuestra mochila de mano. Total, que no hemos perdido el vuelo de enlace por los pelos.

A las 10 horas del primer vuelo, le sumamos las 6 del segundo por lo que hemos llegado a L.A cansadísimos, justo para coger nuestro coche de alquiler y dirigirnos a nuestro primer motel, el Sea Rock. Es como uno de esos moteles de peli americana que tantas veces hemos visto en películas. Afortunadamente, el cadáver en la piscina de en medio no estaba o no lo hemos visto.

Al día siguiente nos despertamos muy pronto debido al Jet-Lag y nos hemos puesto manos a la obra en visitar la ciudad. El primer punto al que nos hemos dirigido ha sido el Hollywood Boolevard y su famoso paseo de las estrellas, un lugar en el que las estrellas van y vienen, ya lo dicen, lo difícil no es llegar sino mantenerse.

Mientras vamos paseando buscando la estrella de LovelyPlanet, una vagabunda encara a Bibi gritando: “Give me your fucking camera!!!” Se va acercando y cuando me doy cuenta, Bibi está corriendo diciendo: “Nooo, mi cámara nooo!!” Ha sido una imagen muy graciosa pero nos damos cuenta de que en esta zona, los vagabundos abundan y tienen bastante mala pinta.

Nuestro siguiente objetivo es buscar las famosas letras de HOLLYWOOD. Para ello, conducimos a través de un tráfico caótico hasta dar con ellas. El resumen que podemos hacer de estas letras es: “Menudo chasco!”

En definitiva, esta zona de Los Angeles no nos ha entusiasmado y hemos decidido movernos para buscar una mejor impresión de la ciudad. Para ello nos dirigimos a Beverly Hills, una zona llena de mansiones con jardines verdes, entre ellas las de famosos como Paris Hilton, Madonna o Halle Berry y con la calle más cara del mundo, Rodeo drive, donde nuestra misión ha sido buscar un parking gratuito y recorrer esta lujosa calle donde nos da la impresión de que la gente quiere aparentar algo que no es.

Con las manos vacías pero con los bolsillos llenos nos vamos al barrio de Bel-Air en busca de la casa en la que Will Smith, Hillary y Carlton Banks entre otros tanto nos hicieron reír. No la hemos encontrado, pero si varias mansiones de varias decenas de millones de euros. Increíble, paradisíaco, bonito y lujurioso pero fuera del alcance de nuestros bolsillos.

La primera impresión de Los Ángeles no ha sido muy positiva pero dicen que los alrededores son lo mejor. Esperamos poder confirmároslo en nuestro siguiente post.