Un lago con mucha vida

Durante nuestro viaje por el mundo, hemos conocido lagos de todos los colores. El titikaka en Perú, el Pehoé en Chile o el Tekapo en Nueva Zelanda entre otros. Muchos de ellos son muy fotogénicos, pero ninguno tiene la vida del lago Inle en Myanmar.

La forma más típica de recorrer el lago es alquilando una barca. De esta forma hemos pasado un día navegando de punta a punta.

Tour en barca lago inle

Nos ha sorprendido el lago por la vida que tiene dentro y alrededor. Hemos visto aldeas, que suponemos que en 200 años no han cambiado nada, donde las casas están construidas a base de cañas. Muchas de ellas están inclinadas y parece que estén a punto de desmoronarse pero esta es nuestra impresión porque luego vemos que la vida en ellas continúa como si nada. Muchas de estas aldeas son mini “Venecias” porque las calles dejan paso a pequeños canales, los mercados transcurren entre barcas y la gente cultiva desde sus rudimentarias barquitas, por lo que el único transporte que existe es la barca de motor, de remo, de caña…. Todo tipo de embarcaciones que uno pueda imaginar.

Vida en el lago inle

Vida en el lago inle

Si te paras un momento y miras a tu alrededor, puedes observar la vida diaria de la gente local: como pescan, trabajan la tierra, se bañan a orillas de los canales, etc.

Vida en el lago inle

Vida en el lago inle

Existe, por otro lado la parte más turística del lago; te muestran como tejen bufandas, como trabajan la plata, como hacen el tabaco o incluso para captar más tu atención ponen en medio de una tienda a una mujer jirafa (la única del lago y por tanto curioso de ver).

Mujer jirafa

La última parada de nuestro recorrido por el lago ha sido el pueblo de Idein. Es uno de los puntos más turísticos del lago por contener un impresionante monasterio con miles de stupas. Están mezcladas las stupas en ruinas del antiguo monasterio con las doradas y blancas del nuevo. Están situadas en un enclave con una vegetación espectacular por lo que es una delicia perderse entre ellas.

Inlein

Por último y teníamos que nombrarlo es la temporada de mangos. El azar ha hecho que lleguemos al país en plena temporada de esta exótica y deliciosa fruta. Hemos comido para desayunar, comer, merendar y cenar. Nos hemos empachado de mangos pero nos encanta.

Temporada de mango