La Plaza Roja de Moscú

Si nos preguntan antes del viaje a Rusia que digamos algún sitio de Moscú, seguro que hubiéramos dicho La Plaza Roja. Pues llegó el momento de visitarla y conocer muchas curiosidades que alberga esta plaza.

Antes de explicar lo que hemos visto, lo primero que nos sorprende es que el nombre de la “Plaza roja” no se debe al color de los edificios y murallas que rodean el Kremlin. Entonces, ¿de donde viene ese nombre? En ruso se llama Krásnaya Plóshchad donde la primera palabra significa rojo hoy en día, sin embargo, en el antiguo ruso quería decir “Bonita”; La “Plaza Bonita”.

Para empezar, llegamos a la plaza Manezhnaya en metro (la primera vez que ves el mapa del metro te puede dar un jamacuco debido a la multitud de colores de las líneas de metro). Justo en frente, tenemos una de las entradas a Plaza roja, la Puerta de la Resurrección por lo que no vemos nada de la plaza todavía.

Antes de entrar, nos giramos y vemos una enorme mole que pone “Hotel four Seasons”. A simple vista podemos pensar que simplemente es un hotel de lujo en una situación privilegiada. Sin embargo, este hotel tiene una historia detrás. Antes era el famoso hotel Moscú, construido por orden de Stalin. Cuando el arquitecto le enseñó dos posibles proyectos. Stalin dio el ok a los dos y nadie se atrevió a decirle que había cometido un error. El resultado fue un hotel mitad un proyecto, mitad otro. ¿miedo, respeto, caguetas?

Llega el momento de entrar en la plaza por la Puerta de la resurrección. Esto empieza a oler a historia. Sin embargo, justo antes de entrar, nos encontramos en el suelo unas inscripciones que indican que estamos en el Kilómetro cero de la ciudad, es decir, estamos en el corazón de Rusia. La pena es que hay tanta gente que casi es imposible hacer una foto decente sin que salga una cabeza o un pie…

Cruzamos la puerta y nos encontramos a la izquierda con una colorida y graciosa Catedral de Kazán. Stalin, que era como era… decidió derrumbarla porque consideraba que obstaculizaba los desfiles. Por tanto, una vez más, es una réplica. ¿Queda algún edificio antiguo en pie sin reconstruir? Y a la derecha con un imponente edificio rojo, el Museo Estatal de Historia, antiguamente era la principal tienda de medicina de la ciudad.

Damos unos pasos hacia delante y ¡toma!, otro edificio que merece la pena parar a observar. Hoy en día este edificio alberga las Galerías GUM, donde se encuentran las firmas internacionales más caras. Damos una vuelta por dentro y es un edificio precioso pero todas las tiendas están vacías a excepción de las heladerías que por menos de 1 euro tienes un helado. Ya podemos decir que hemos comprado algo en este lujoso centro comercial. Este edificio fue creado en la época de la Unión Soviética para repartir el racionamiento a los ciudadanos. Algo incongruente…

Justo enfrente de las Galerías GUM está el Mausoleo de Lenin. Nos cuentan que está momificado desde 1924 y cada dos años lo retocan para que esté guapo durante dos meses. Nos da un poco de mal rollo por lo que pasamos de largo.

Seguimos caminado por esta enorme plaza de más de 23.000 metros cuadrados y llegamos al otro extremo donde se encuentra nuestra ansiada y buscada foto de la Catedral de San Basilio. Realmente nos sorprende, el día es soleado y resalta sus coloridas cúpulas encebolladas, sus formas asimétricas y su belleza. No podemos parar de fotografiarla!!!

Después de las 1.800 fotos que hemos hecho desde todos los ángulos y rincones, salimos de la plaza y nos dirigimos al Kremlin. Os preguntareis; ¿y que es eso? A nosotros nos sonaba fatal, a gremling!!!. Es un recinto amurallado de más de dos kilómetros de murallas rojas, cuatro palacios, cuatro catedrales y tres edificios usados como residenciales del presidente de la Federación Rusa. Por aquí han pasado grandes personajes históricos como Iván el Terrible, Napoleón, Lenin o Stalin.

Por ultimo, salimos del “gremling” (ya tiene mote) a los Jardines Alexandrovsky (el primer parque público de Moscú) donde se encuentra la Tumba al Soldado Desconocido en recuerdo de las víctimas de la II Guerra Mundial y por ello hay una llama siempre encendida custodiada de manera permanente por dos soldados. Cada hora se produce el cambio de guardia. ¿Porqué tanta vigilancia por un soldado desconocido? Durante la Segunda Guerra Mundial, este soldado murió luchando en el punto más cercano a Moscú al que llegaron los alemanes. Por eso, en su lápida se puede leer: “Tu nombre es desconocido, tus hechos son inmortales” (nos ha encantado esta frase).

Como podéis ver la Plaza Roja es mucha Plaza Roja!!!