Beijing, el Show de Truman

Llegamos a Beijing, la capital y la verdad es que no tenemos una idea de lo que vamos a ver. Solo sabemos que hay una enorme plaza llamada Tianamen y una ciudad dentro de otra ciudad, con un nombre tan sugerente como la Ciudad Prohibida. Por tanto, tenemos mucho trabajo por delante.

Efectivamente, la plaza Tianamen, es enorme, bueno, más que enorme, es gigantesca. Asomamos la cabeza del metro y nos encontramos en uno de los extremos y no alcanzamos a ver el final. Salimos al exterior y damos unas cuantas vueltas alrededor nuestro para apreciar sus dimensiones. Sin embargo, queremos cruzar la calle y nos chequean las mochilas, nos cachean y pasamos por un scaner, que raro. Andamos un poco más y queremos volver a cruzar la calle para hacer una foto y nos vuelven a cachear, revisar las mochilas, etc. Hay miles de policias, controles, vigilantes, y más que una plaza parece la carcel de Prison Break! Además, la plaza, la más grande del mundo, es un bloque de cemento, sin vida, muerta, gris ya que no dejan poner puestos de comida, tiendas, etc. Por lo que solo puedes deambular por ella y disfrutar de «lo grande que es».

Beijing

Justo detrás de la plaza, es decir, a 2 kilómetros del otro extremo encontramos «vida». Cual es nuestra sorpresa que una vez nos sumergimos en este barrio nos damos cuenta de que todo es falso. Las casas, no son casas, parecen un escenario de una película. Solo son tiendas como en la Roca (Barcelona). Las bonitas flores que decoran el escenario también son falsas!. Y lo mejor, el tranvía que circula también es falso! ¿Qué está pasando?. Lo único real son las personas que estamos allí. Solo se nos ocurre mirar alrededor para ver donde está la cámara. ¿Somos los protagonistas del «show de Truman» (película de Jim Carrey) y no nos están pagando?

Beijing

Beijing

Y justo en el otro extremo está la entrada de la Ciudad Prohibida. Es curioso porque no es ni una ciudad ni está prohibida. Entonces, ¿de dónde viene el nombre? La ciudad en realidad es un inmenso palacio construído con la arquitectura china de la época, en el que vivía el emperador y en el que estaba prohibida la entrada a la gente de a pie. Quizás de esto venga el nombre.

Beijing

Sin embargo, para hacerte una idea de como de grande es en realidad, lo mejor es subir a la montaña falsa (¿También montañas falsas?) ,que está en la puerta norte del palacio, para ver una bonita vista panorámica. Esta montaña la construyeron para parar el fuerte viento transiberiano pero no les funcionó.

A todo esto, Beijing ha sido un punto de reencuentro. Una de las cosas más difícles del viaje es tener a la familia tan lejos, sobretodo en momentos especiales. Aquí, por casualidad, tenemos la oportunidad de coincidir con Carlos. Los nervios y la ilusión de verlo se nos han quitado tomándonos una cerveza bien fría mientras nos ponemos al día.

Beijing

Con Carlos, hemos visitado el Hutong. Un hutong es un barrio típico chino, con casa bajas y puertas rojas. Actualmente, el gobierno está eliminando prácticamente todos para construir edificios altos, pero existe una zona que la han dejado intacta. Se trata de una excelente zona para pasear, llena de buenos restaurantes, terrazas para tomar algo y tiendas de todos los colores.

Beijing

Además, Beijing es un lugar ideal para comprar cualquier cosa en alguno de sus mercados, como el mercado de la seda, o el mercado de la perla. Aquí encuentras todo lo que te venga a la cabeza y muy barato siempre y cuando domines el arte del regateo. Lastimosamente, nosotros no hemos podido comprar casi nada debido al poco espacio de nuestras mochilas, pero el ambiente es divertido.